Hoy os hablamos del buen uso del humidificador en casa.
Aumentar la humedad en el hogar ayuda a eliminar el aire seco que puede irritar e inflamar los conductos en la nariz y la garganta.
El aire humidificado puede aliviar las molestias producidas por los resfriados y la gripe, puesto que alivia la congestión nasal y puede igualmente servir para disolver el moco.
Están muy indicados tanto para bebés, niños y mayores (en el caso de profesionales de la voz para mantener las cuerdas vocales bien hidratadas).
Existen dos tipos de humidificador. Los que son de aire frío y funcionan con ultrasonidos: expulsan gotitas minúsculas y no hacen ruido y tienen otra ventaja: consumen muy poca energía. Y los de aire caliente, que podrían ser un poquito más peligrosos porque, al expulsar aire caliente, pueden provocar quemaduras.
En general, de los humidificadores debemos vigilar:
- Limpieza, de manera que no provoquemos que ellos mismo sean una fuente de microorganismos no beneficiosos. Importante no usar detergente o aclararlo muy bien porque los restos se integrarán en el ambiente cuando activemos el equipo. El agua también debe cambiarse a diario.
- Usarlo cuando sea conveniente, es decir, cuando haya problemas respiratorios, en invierno por la sequedad del aire o cuando la combinación temperatura-humedad no sea la correcta.
- Cuidado dónde lo ponemos, que no esté al alcance de los más pequeños.
Irene Hermoso Guerrero
Logopeda Nº Col. 29/0963